Se supone que las redes 5G rápidas se afianzarán en 2020, a medida que los teléfonos, los proveedores y las redes comiencen a conectarse. Entre bastidores, los estudios que modelan los patrones de absorción de la energía electromagnética 5G en el tejido humano, escritos por el equipo Swinburne del profesor Andrew Wood, han ayudado a sentar las bases de los debates internacionales sobre la regulación y el diseño de la seguridad.
El equipo de Wood, que forma parte del Centro Australiano multiinstitucional de Investigación de Bioefectos Electromagnéticos (ACEBR), es un colaborador clave de la revisión de la Comisión Internacional de Protección contra Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP), que se publica en 2019.
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