El rabino Hood, un hacker, explicó una técnica muy simple para hackear una tarjeta de crédito. Esta técnica, desconcertantemente fácil, conmocionó a los internautas.
La investigación comienza en Saint-Quay-Portrieux, en Bretaña. Descubrimos a Jean-Pierre y su mujer yendo a la panadería. Cuando llegó el momento de pagar, la pareja de jubilados se negó a utilizar el pago sin contacto. Le sucedió una historia que, cada año, afecta a miles de víctimas. Hace unas semanas, a Jean-Pierre le piratearon la tarjeta de crédito: se transfirieron 284 euros a un sitio web en Dakar, Senegal. El banco del jubilado luego le dijo que era víctima de una estafa sin contacto. "¡Están un paso por delante de nosotros, los piratas!" Jean-Pierre lo siente.
Usando una pequeña caja, el hacker puede, gracias a la tecnología sin contacto, recuperar información de una tarjeta de crédito (como apellido, nombre o número de tarjeta de crédito), todo con un rango de 10 a 15 cm. El hacker incluso hizo una demostración in situ, probando su dispositivo con miembros del equipo del programa. Escaneando todas las tarjetas de crédito que tenga a mano, un hacker puede, en cada pasada, llevarse entre 20 y 50 euros de las tarjetas en cuestión... ¡y eso no es todo! De vuelta en su ordenador, con su caja, el hacker puede acceder a un historial más completo y detallado de las tarjetas que ha escaneado: número de transacciones, fecha de caducidad, identificador de país... con todas estas coordenadas, el hacker podría comprar todo lo que quisiera. quiere en Internet.
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