5G, malas ondas

Los industriales y las autoridades públicas tienen la intención de imponer el 5G y burlarse de los refractarios (el Sr. Emmanuel Macron los compara con “Amish”). Sin embargo, las aplicaciones de este llamado Grial tecnológico son en su mayor parte superfluas (descargar más rápido que rápido, conducir en un automóvil autónomo, etc.), incluso liberticidas (pagar sus compras mostrándose a una cámara, confiando el gestión de fábricas a robots…).

Con la esperanza de que el 5G cree 1,3 millones de puestos de trabajo, la Unión Europea está ignorando el principio de precaución, explica el autor de esta encuesta: porque si las licencias se otorgan a los operadores en 2020, los riesgos de evaluación tendrán que esperar hasta el final de 2021. Y está encomendado a un comité con sede en Munich, la ICNIRP (Comisión Internacional para la Protección contra las Radiaciones No Ionizantes), muchos de cuyos miembros están vinculados a la industria de las telecomunicaciones.

Sin embargo, la exposición humana a la radiación de las antenas 5G es "cientos de veces mayor" que con las torres de telefonía móvil existentes, según Antoine Dreyfus. Las aseguradoras se niegan a cubrir a los gigantes de las telecomunicaciones contra los riesgos asociados con los campos electromagnéticos ...