Los teléfonos inteligentes son el umbral para la comunicación, el entretenimiento, las misiones y las compras. El dispositivo de 5.5 pulgadas tiene un mundo y abarca todos los datos demográficos, jóvenes y mayores, al alcance de su mano.
Curiosamente, hoy en día se ha convertido en un chupete moderno para niños pequeños. Niño llorando, niño malhumorado, niño aburrido, niño hambriento o niño demasiado emocionado, cualquiera que sea la situación, dale a un niño un teléfono inteligente y él / ella sería feliz.
Si bien a todos nos encantan los teléfonos inteligentes, pero ¿el teléfono inteligente nos amas de nuevo? Al igual que los teléfonos, cualquier otro dispositivo artificial que utilice funciones inalámbricas es una fuente de emisiones electromagnéticas. Y estas emisiones invisibles y no sentidas causan daños discretos a la salud de nuestros niños a largo plazo, ya que sus sistemas sensibles son vulnerables a tales emisiones. Con el tiempo, las emisiones electromagnéticas pueden estimular dolores de cabeza que pueden convertirse en migrañas.
Una mayor exposición a campos electromagnéticos puede alterar las capacidades cognitivas de un niño, según han encontrado algunos estudios. Asimismo, el sueño es imprescindible para que los niños se desarrollen al máximo. Pero las emisiones electromagnéticas también pueden causar un problema en su ciclo de sueño. Los problemas son numerosos y, por lo tanto, es necesario pensar rápidamente en las soluciones.
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